Zanfonas y churrasco

Hacía un tiempo que no estaba rodeada de tanto músico y churrasco. El domingo hizo un día estupendo que casi todos hemos podido gozar. Pensaba que quedaban pocos luthieres. Al parecer la Escuela de Artes y Oficios de Vigo ha movido una buena cantidad de ellos en tanto cuanto a zanfonas y gaitas se refiere por estos lares, gente joven que se adscribe a la paciencia del artesano que todos imaginamos muy muy viejito y arrugadísimo. Sabed que no, que todavía queda mocidade en este país.

Cuando entré en el taller de César Loureiro me esperaba un sitio sombrío, húmedo, con sus correspondientes telarañas y serrín mohoso por doquier. Nada que ver con la estampita que me había imaginado, of course, mucha luz, maquinaria nueva y un orden más que sistemático. Aquello parecía casi una visita guiada porque el domingo nos juntamos unha chea deles y casi todos músicos con la consabida curiosidad por el savoir faire. Además se aprecia desde el primer momento en el que comienza a comentarnos detalles sobre los tipos de maderas que ese hombre adora su trabajo. César construye zafonas y arpas celtas básicamente.

Ésta es una zanfona en construcción.

Detalle decorativo celta de la zanfona. Según el luthier lo va cambiando según le va apeteciendo.

En la construcción de una zanfona se utilizan maderas de diversa índole: bengué. bog, etc.

No sólo se utilizan patrones en la confección textil (obvio). En la pared colgados, unos patrones de arpa celta que me recordaron a los míos. 

De vez en cuando conectas con la tierra y la tradición y sientes que no has perdido el norte por un momento. Una tarde de muiñeiras y lalalás se agradece aunque un loco loquísimo las entone.

¡Gracias por esa tarde Carmen y César!