Llegué tarde al concierto, muy a mi pesar, pero en verano todo es más lento. Me encantan este tipo de iniciativas, ni qué decir tiene. Poniéndonos a comparar, aún recuerdo no hace tanto, el concierto de Ludovico Eunaldi en el Teatro Principal de Pontevedra. Un chasco de 15 euros al que casi todo el mundo aplaudía entusiasmado. En serio, aquello era tal cual el Dj manda un bocinazo y la panda de mandriles pone las manos en alto satisfechos por... a saber. El caso es que este fue gratis, corto y agradable. Todo un punto La rianxeira pianística que se marcó como bis.
El último tema (improvisado) llamado Pontevedra (...) Después de lo que esta gente lleva tocado no sé si aún queda algún tipo de sinceridad improvisada a lo que los más nostálgicos llamamos impromptu.
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