26/12/09

El afro del descansillo

En Serralves me sentía guiri, puede que por eso no me diera reparo sacar un par de fotos antes de que me llamaran la atención en un portugués a la carrera. No es una disculpa para explicar la calidad de las fotos, o sí. Esta mañana he ido a ver por segunda vez la exposición de Jorge Barbi en el MARCO algo que no suelo hacer con demasiada frecuencia, más que nada porque no suelen impresionarme lo suficiente como para querer repetir. Ésta quería visitarla de nuevo porque gratamente me sorprendió. Tampoco es una maravilla que me eleve hasta lo más alto de mis ensoñaciones pero ejemplos como las cagadas de las ratas del aire antropomórficas son un buen ejemplo del sofoco del azar en los recorridos del día a día. Somos una cagada en realidad como especie, como género, como ejemplo.




Más que recomendables sus espumas digitalizadas con un retoque que no satura o sus palillos plastificados, que a mi modo de ver es la mejor obra. Echaba de menos motivos enxebres entre esas paredes, Santiago Sierra moró demasiado por esos lares con sus bloques de hormigón, un cementerio que en general decepcionó bastante. Él en particular me parece un personaje decadente y vulgar aunque no lo condeno por su obra y sí, quién está detrás de la obra me importa. El arte del personaje siempre ha sido importante para mí, la historia que nos cuentan, a saber...




Si os pasáis por la Fundación Barrié de Vigo intentad dar respuesta a una cuestión que todavía no me cabe en el papo. Caio Reisewitz, Maracutaia, fotografia de paisaje, con un montaje decente de paredes circulares que dotaba de cierta tridimensionalidad al plano y que a mi paracer favorecía lo sutilmente panorámico de alguna de las instantáneas, las arrancaba de la pared y eso me gustaba estando sentada en el centro de la sala.




Y esto último es lo que estaba entre planta y planta, en el descansillo de la 4º planta, ahí en todo su esplendor y como obra de la colección a mostrar. Eso sí, ahí me detuve un buen rato porque no entendía nada. Si aún el afro de turno con una camisa de satén dorada de Christian Dior (la etiqueta se aprecia claramente) fuera el propio Caio aún... Pero si es un chiste, es malo malo. Todo es tan serio, tan verde hierba apagado con marcos de madera de color caoba sin barnizar perfectamente opacos, de 4 cm, sobrios, mates y de repente se hace la luz con una modernada setentera a todo color con un discurso que no tiene nada què ver aunque el propósito fuera que no tuviera nada qué ver... Muy extraño... ¿ y ese cerezo en flor del fondo de típica estampa japonesa?

2 comentarios:

  1. Pues a mí personalmente el afro me encanta, es decir que casi con el árbol me gusta más, ya sabes me encanta lo que no le encanta a los demás, te propongo algo atrevido pero tan goloso que no podrás decir que no, tomo las fotos de los proyectos el 14 y tu haces la critíca en sofocos de la rutina diaria¿¿trato??, debo decir y digo, que simplemente estoy deseosa de conocer tu opinión sobre nosotros, sobre cada uno, porque sin lugar a dudad vaya que si la tienes.....

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  2. El trato está hecho...aunque no creo que mi opinión sea algo determinante sí que espero ayudar de la forma que sea; sabéis que siempre me tenéis ahí para lo que queráis. Bico.

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