Porto, ese lugar

Cada vez que voy a Portugal vuelvo de mala leche, posiblemente sea por la curiosa interpretación de las señales de tráfico de los ciudadanos de este país porque por lo demás son bien amables cuando estás perdido. El caso es que día festivo en España y no en el país vecino se traduce en Ikea para los españoles del fondo norte. Todavía no lo acabo de entender. Pensaba que la fiebre Ikea ya había pasado un mejor momento. Y sí son baratos pero tan tan ... anodinos... y no hablo de gastarse pelas en muebles de cerezo o castaño, una visita a tiempo por los contenedores de recogida de muebles o una visita al Centro Reto de turno es una alternativa. La gente sigue teniendo reparos con este tipo de cosas por eso de la segunda mano (gracias a ese reparo estamos como estamos) y va a comprar "mierda" a Ikea, porque otra cosa allí no venden señores. En fin, que en dirección Porto hasta Matosinhos un desfile de vehículos de la provincia olvidada.

Porto es un poco así, una especie de ciudad reto en permanente rehabilitación, pero sólo imaginaria; por favor no la toquen. Decadentemente particular. La pena es que mi visita fue fugaz y "por trabajo". He comenzado el proyecto fin de carrera que llegará a su término en noviembre de este año y las andanzas en búsqueda de lo necesario para llevarlo a cabo han comenzado. Son gustosas pero cansinas. Sin duda volveré a esta ciudad las veces que me haga falta y las que no también.

Necesitaba ver la Librería Lello. Ya me habían hablado de ella y muy a mi pesar, al llegar estaba llena de personajes frenéticos intentando fingir delante de la escalinata, vale, un "yo estuve aquí" que publicar en el Facebook (algún día la gente dejará de sacarse fotos estúpidas delante de la Monalisa, ¡el cristal refleja el flash!). En fin, un deleite de arquitectura aunque la librería en sí, es decir los libros, tampoco fueran nada fuera de lo normal, un poco de todo, pero me esperaba otro tipo de producto. Sí, va mucha gente y es necesario un producto de masas pero no sé, quizás algo más especial que pudiera comprar. Mis tentaciones fueron nulas y eso es bien raro.